Por Karina A. Pereyra
Resumen
El estudio de la inteligencia ha sido interés de psicólogos, educadores, pedagogos, filósofos y el público en general durante muchos años. La sociedad toda valora altamente la inteligencia y la considera un factor decisivo para los logros educativos, el éxito en el trabajo y para el desarrollo socioeconómico.
El artículo parte de un relato introductorio en el que se cuenta una anécdota escolar que permite abordar una interpretación posible de la idea de “inteligencia”. Luego se exponen diferentes conceptos de este término y sus cambios a lo largo del tiempo, también se indican las diversas formas de medir la inteligencia a través de distintos test, sus implicaciones sociales y otros asuntos relacionados.
Además, propone una revisión de la teoría de H. Gardner sobre las Inteligencias Múltiples: su concepto de inteligencia, las siete inteligencias que plantea (inteligencia lingüística, lógico-matemática, musical, cinético-corporal, espacial, interpersonal e intrapersonal), sus explicaciones y aplicaciones. Menciona también los aportes de esta teoría en el campo educativo y sus modos de ponerla en práctica, haciendo referencia a las cinco formas de abordar el conocimiento.
Por último, a través de una breve descripción, se señala la importancia que tiene en las instituciones educativas la identificación y el diagnóstico de las diferentes inteligencias para obtener los máximos beneficios, destacando que para diferentes formas de aprender, existen diferentes formas de enseñar.
Palabras clave: inteligencia, medición, inteligencias múltiples, Gardner, intervención educativa.
¿Piedra, papel o tijera?
Un recreo en una escuela. Tres alumnos de 7 años. Una situación.
El juego llamado “¿piedra, papel o tijera?” se había convertido en un determinante: el ganador sería el más inteligente. Así lo había decidido el alumno que propuso el desafío. Su forma de preguntar también resultaba llamativa “¿O piedra o papel o tijera?”, como si fuese tan simple la decisión… ¿Quién sería cortado por la tijera, envuelto en un papel o aplastado por la piedra? ¿Quién sería el ganador? ¿Quién sería el más inteligente?, ¿aquel que no se dejó “envolver”, ni “aplastar”, ni “cortar”?
Algo tan simple como un juego pondría en evidencia para esos niños el “ser inteligente”. No solo en un patio de escuela se abre la discusión. Desde hace varias décadas los investigadores —científicos, médicos, psicólogos— discuten acerca de la definición de “inteligencia”, de qué manera medirla y sus relaciones con otras disciplinas. Un amplio espectro de posiciones y perspectivas, sometidas a la crítica y al debate, circulan entre la comunidad científica sin llegar aún a una descripción definitiva.
La perinola
Dentro de la rama de la Psicología amplio es el abanico de planteamientos al respecto. Alfred Binet, pedagogo y psicólogo francés, fue uno de los pioneros en realizar estudios sobre la inteligencia y confeccionó distintos test para saber qué niños tenían dificultades en el aprendizaje, estudios que luego pasaron a llamarse “Pruebas de inteligencia” y que podían medirse a través de una escala (Escalas de inteligencia Stanford-Binet). En 1921, el psicólogo estadounidense Lewis Terman sostiene que “la inteligencia es la capacidad de pensar en términos de ideas abstractas” (Gardner, Kornhaber & Wake, 2005, p. 16). Fue él quien llevó a la práctica de manera masiva el test mencionado anteriormente. Por su parte, Edwing Boring da una definición más acotada y enuncia que “la inteligencia es lo que evalúan los test de inteligencia” (Gardner, Kornhaber & Wake, 2005, p. 20). El buen desempeño en estas pruebas era un indicador de inteligencia, la “medían” y puntuaban el rendimiento obtenido. Esta puntuación se denominó “Cociente de Inteligencia” (CI), término que introdujo el psicólogo y filósofo alemán William Stern. Como puede observarse a través del pensamiento de estos investigadores, el concepto de inteligencia queda aquí muy ligado a su medición.
En cambio, para el psicólogo Robert Sternberg, quien ha dedicado gran parte de su vida al estudio de la inteligencia, resulta imprescindible lograr una noción más amplia y que abarque más ámbitos de este concepto. Stemberg considera a la inteligencia como la habilidad del individuo de tratar con los cambios en el entorno a lo largo de toda su vida.
La obra de Jean Piaget se consideró a sí misma como un estudio sistemático de la inteligencia. Su trabajo consistió en analizar los test hasta ese momento desarrollados, pero en su estudio tuvo una idea crucial, ya que era importante saber si el resultado que el niño había obtenido era el correcto, pero más revelador era saber cómo había razonado. Fue Piaget (citado por Rottemberg & Anijovich, 2007) uno de los primeros en advertir que:
Los test de inteligencia eran instrumentos de medida puramente cuantitativos […] es decir, situaban con gran exactitud a los sujetos con respecto a los demás compañeros […], pero no se sabía muy bien qué relación podía guardar el aspecto medido con la inteligencia misma. (p. 39)
Las ideas sobre inteligencia varían con el tiempo, cambian según las culturas y aún también dentro de una misma disciplina. Las definiciones también cambian según a quién se le pregunte sobre ellas, según sus métodos, sus convicciones, su cultura.
Tatetí
Los cambios en el concepto ocurridos en las últimas décadas muestran dos marcadas características. Por un lado, los investigadores se abocaron a explorar cuáles eran los procesos cognitivos subyacentes —como la atención, el lenguaje, la memoria— en las diferentes tareas que se proponían en las pruebas; por otro lado, se había llegado a la conclusión de que la inteligencia no era una capacidad uniforme sino, muy por el contrario, una capacidad heterogénea, es decir, un conjunto de habilidades diferentes. Existe por ejemplo una inteligencia numérica, una musical, una corporal, etcétera. Se considerará necesario a partir de estas reflexiones dejar atrás un análisis cuantitativo y adentrarse en un estudio cualitativo.
Las teorías cognitivas vienen ejerciendo influencia sobre las características antes descritas y se cuestionan por qué el término “inteligencia” no logra explicar todas las áreas de la actividad humana.
El cerebro mágico
Entre estas teorías sobresale la obra desarrollada por el psicólogo Howard Gardner, profesor de la Escuela de Educación de la Universidad de Harvard y codirector del “Proyecto Zero”, quien considera que la competencia cognitiva del hombre puede explicarse en los siguientes términos:
Conjunto de habilidades, talentos o capacidades mentales que denominamos inteligencias. Todos los individuos normales poseen cada una de estas capacidades en una cierto grado […]. Esta teoría de la inteligencia puede ser más humana y más verídica que otras visiones alternativas, y que refleja de forma más adecuada los datos de la conducta humana inteligente. (Gardner, 1996, p. 4)
De esta forma, da lugar a su teoría de las Inteligencias Múltiples (1983), como desafío a una visión tradicional de la inteligencia. A través de su teoría, sostiene que las personas aprenden de formas diferentes porque cada una tiene una mentalidad distinta, así como también diferentes modos de comprender. La teoría de las Inteligencias Múltiples (IM) no centra su atención en explicar y obtener resultados de diferentes test psicométricos1
sino que da cuenta de la variedad de roles adultos que se pueden ejercer y pone el énfasis en aspectos como la personalidad, el contacto cultural, las emociones que se desarrollan en los procesos mentales.
En su libro Estructuras de la mente (1994), Gardner se aleja de la concepción tradicional y unitaria de la idea de inteligencia y la define como “la capacidad de resolver problemas o productos que sean valiosos en una o en más culturas”. En la presentación original de su teoría propone la existencia de por lo menos siete inteligencias básicas. Ya en el año 2005 señalaba en un artículo periodístico la existencia de otras inteligencias (ver:
<http://edant.clarin.com/diario/2005/03/13/sociedad/s-937822.htm>).
Aquí las siete inteligencias propuestas en su libro:
- Inteligencia lingüística: esta sea probablemente la capacidad humana más estudiada. Es la aptitud de usar las palabras de manera efectiva, ya sea de forma oral o escrita. Las personas que desarrollan más esta inteligencia despliegan y utilizan con facilidad “mecanismos dedicados a la fonología (sonidos del discurso), la sintaxis (gramática), la semántica (significado) y la pragmática (las implicaciones y los usos del lenguaje en diversos ámbitos)” (Gardner, Kornhaber & Wake, 2005, p. 117). Algunos de estos usos pueden incluir la retórica (usar el lenguaje para convencer a otro de tomar una decisión orientada), la explicación y el metalenguaje (usar el lenguaje para hablar del lenguaje). Quienes tienen más desarrollada esta inteligencia son los poetas que cautivan con sus palabras y armonía de sus sonidos, los periodistas, los publicistas, los abogados y los líderes políticos, entre otros.
- Inteligencia lógico-matemática: muestra la capacidad de usar los números de manera efectiva y razonar adecuadamente. Esta inteligencia incluye la habilidad de establecer relaciones lógicas, así como también la sensibilidad a los esquemas. Estos tipos de procesos pueden incluir la categorización, la clasificación, la inferencia, la generalización, el cálculo y la demostración de hipótesis. Aquellos que tienen más desarrollada esta inteligencia son los economistas, los matemáticos, los contadores, los programadores de computadoras, los ingenieros y los científicos, entre otros.
- Inteligencia espacial: es la habilidad para percibir información visual o espacial, transformarla, modificarla y recrearla aún sin referencia al estímulo físico original. Esta inteligencia incluye la sensibilidad al color, el espacio, la línea, la forma y las relaciones que pueden existir entre estos elementos. Estas acciones incluyen la capacidad de visualizar y de representar gráficamente ideas visuales o espaciales. Esta inteligencia está más desarrollada en los artistas, los exploradores, los guías de turismo, los arquitectos o los fotógrafos, entre otros.
- Inteligencia cinético-corporal: es la capacidad de usar el cuerpo, o parte de él, para realizar actividades que requieren coordinación, fuerza, equilibrio, estabilidad, así como también para expresar ideas y sentimientos. Esta inteligencia incluye también las capacidades autoperceptivas, las táctiles y la percepción de medidas y volúmenes. Quienes tienen más desarrollada esta inteligencia son los bailarines, los escultores, los cirujanos, los gimnastas, los atletas, los malabaristas, los actores y los artesanos, entre otros.
- Inteligencia musical: es la capacidad que permite a las personas crear, comunicar y comprender sentidos a partir de los sonidos; posibilita percibir, discriminar, transformar y expresar las formas musicales. Esta inteligencia incluye también la sensibilidad al ritmo, al tono y al timbre (calidad del sonido). Los compositores, los críticos musicales o las personas que tocan instrumentos, entre otros, son quienes tienen más desarrollada esta inteligencia.
- Inteligencia interpersonal: es la capacidad de entender a los demás con empatía, de percibir y establecer los estados de ánimo, las intenciones, las motivaciones y los sentimientos de otras personas. En su forma más desarrollada, se manifiesta en la capacidad de entender, actuar y configurar los sentimientos y actitudes de los otros, para bien o para mal. Es el tipo de inteligencia que más desarrollan los psicólogos, los terapeutas, los docentes, los administradores, entre otros.
- Inteligencia intrapersonal: es la capacidad de entendernos a nosotros mismos, nuestras motivaciones y nuestras emociones, de poder realizar un profundo autoconocimiento para interpretar y orientar la conducta. Esta inteligencia incluye tener una imagen precisa de uno mismo, tener conciencia de las intenciones, los deseos, la autodisciplina, la comprensión y la autoestima. Este tipo de inteligencia se ve más desarrollada en individuos maduros que tienen un profundo autoconocimiento.
Según Gardner todos los seres humanos poseen las siete inteligencias, en mayor o menor medida, que operan en combinación y son necesarias para explicar cómo los seres humanos adoptan diversos roles.
Veo, veo…
El mayor impacto del trabajo de Gardner se manifiesta en el campo de la educación. Así lo explica Thomas Armstrong (1999):
La teoría de las Inteligencias Múltiples puede describirse de la manera más exacta como una filosofía de la educación, una actitud hacia el aprendizaje, o aún como una meta-modelo educacional en el espíritu de las ideas de John Dewey sobre la educación progresiva. No es un programa de técnicas y estrategias fijas. (p. 12)
Es por ello que las IM no brindan recetas, ni fórmulas aseguradas, sino que proporcionan la posibilidad de “ver más allá” de las simples asignaturas que se enseñan en las instituciones educativas.
Nuestro sistema educativo no es neutral, no le presta la misma atención a todos los estilos de aprendizaje, ni valora de la misma manera a todas las inteligencias o capacidades. Es decir, con el simple hecho de mirar un horario de clases bastará para darse cuenta de que no se dedica el mismo tiempo a desarrollar la inteligencia lingüística que a desarrollar la inteligencia musical.
La escuela refleja la visión de la sociedad en su conjunto. Seguramente nadie se extrañará de que para aprender a resolver ecuaciones matemáticas el alumno tenga que realizar varios ejercicios previos. A pesar de eso, no se les enseña a centrar la atención en una conversación, por ejemplo.
El tener un buen promedio en la escuela no asegura ser un “triunfador” en la vida, hay gente menos brillante en la escuela que triunfa en el mundo de los negocios o en su vida personal. Triunfar en los negocios o en los deportes requiere ser inteligente, pero en cada campo utilizamos un tipo de inteligencia distinto que no es mejor ni peor.
Gardner realizó importantes aportes con su teoría en estos aspectos y considera necesario que se reconozca en la enseñanza la existencia de diversas inteligencias, así como también resultará fundamental ofrecer recursos adecuados a distintos estilos de aprendizaje y a niveles diferentes en dominios particulares. Distintas formas de aprender, distintas formas de enseñar. Considera que cualquier tema que valga la pena enseñar puede ser abordado, como mínimo, de cinco formas distintas, que se proyectan a partir de las IM.
Según Gardner (Davis, 1996) los cinco puntos de acceso al conocimiento son los siguientes:
- Punto de acceso narrativo: se utiliza una narración o un relato relacionado con el concepto que se quiere enseñar.
- Punto de acceso lógico-cuantitativo: se recurre a consideraciones numéricas o procesos de razonamiento deductivo.
- Punto de acceso fundacional: plantea interrogantes de tipo filosófico al concepto, la búsqueda de razones, finalidades, sentido, orígenes, etcétera.
- Punto de acceso estético: apela a rasgos sensoriales.
- Punto de acceso experimental: sugiere la realización de actividades manuales, de intercambio con materiales.
El poner en práctica estos cinco puntos de acceso permitirá a los alumnos desafiar de mejor modo las ideas erróneas, y además enriquecerá la mirada sobre el concepto, esto es, permitirá el abordaje pleno de cualquier tema sin limitarlo a un único modo de conocimiento o representación.
El juego de la vida
En las instituciones educativas la realidad muestra que no todo es válido ni todo es equivocado, que se deben conocer las distintas teorías y experiencias que se proponen en las reformas educativas para poder adaptarlas y transformarlas a las necesidades de la comunidad escolar, al contexto en donde está inserta la institución, a los conocimientos que traen consigo los alumnos.
Más allá del debate de considerar “inteligencias” o “capacidades” a las facultades en mayor o menor medida desarrolladas en las personas, resulta importante que los docentes puedan identificarlas, diagnosticarlas en los alumnos, porque esto permitirá delinear las actividades, ajustarlas para que sean más apropiadas y así obtener los máximos beneficios. Tarea que implicará llegar a una comprensión multifacética de la inteligencia. Para ello, será importante que el docente se capacite e informe, que esté abierto a recibir ayuda, que se generen los espacios para disponer de tiempo extra y poder preparar el material adecuado y comprometer a toda la comunidad educativa; tarea nada fácil, pero no imposible.
De hecho, en la cotidianeidad el docente hace adecuaciones y actividades variadas y especiales, quizá sin pensar qué teoría sustenta su tarea. El desafío propuesto estará en desarrollar las capacidades que aún no lo están.
Pese a las dificultades que atraviesa hoy la educación, la inventiva y la creatividad puestas en práctica a diario por los docentes solo necesitarán ser impulsadas por un estímulo, que bien puede ser el de las Inteligencias Múltiples.
Nota
[1] En este caso se hace alusión al test que mide y asigna un valor a la inteligencia.
Referencias
Armstrong, T. (1999). Las inteligencias múltiples en el aula. Buenos Aires: Ediciones Manantial.
Davis, J. (1996). The MUSE BOOK. A Report on the Project Muse. Harvard graduate School of Education.
Gardner, H. (1996). “Una versión madura (con Joseph Walters)”. En Gardner, H. Inteligencias Múltiples: la teoría en la práctica. Barcelona: Paidós.
Gardner, H. (1994) Estructuras de la mente. México: Fondo de Cultura Económica.
Gardner, H., Kornhaber M. & Wake, W. (2005). Inteligencia. Múltiples perspectivas. Buenos Aires: Aique Grupo Editor.
Rottemberg, R. & Anijovich, R. (2007). Estrategias de enseñanza y diseño de unidades de aprendizaje: carpeta de trabajo. Bernal: Universidad Virtual de Quilmes.
Sitios web consultados
ALPS
<http://learnweb.harvard.edu/andes/tfu/>
Cátedra Unesco de Educación a distancia
<http://www.uned.es/catedraunesco-ead/Docs_Publicued/pbc02/pbc2.htm>
Nota del periódico Clarín
<http://edant.clarin.com/diario/2005/03/13/sociedad/s-937822.htm>
Proyecto Zero
<http://www.pz.harvard.edu/>
Revista digital PsicoPediaHoy
<http://psicopediahoy.com/inteligencia-teoria-inteligencias-multiples/>
¿Cómo citar este artículo?
Pereyra, K. (2014). O piedra o papel o tijera: un recorrido por las Inteligencias Múltiples. Sociales y Virtuales, 1 (1). Recuperado de <http://socialesyvirtuales.web.unq.edu.ar/articulos-de-los-estudiantes/o-piedra-o-papel-o-tijera/>
Ilustración de esta página extraída de: Amster, P. (2005). La matemática como una de las bellas artes. Editorial UNQ/Siglo XXI.